El Vaticano es contrario a la propuesta, que presentará en breve Francia ante la ONU, en nombre de los 25 países de la Unión Europea, para despenalizar la homosexualidad en el mundo. El arzobispo Celestino Migliore, representante de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, afirmó ayer desde Nueva York que "una declaración política de ese tipo crearía nuevas e implacables discriminaciones", y, a la vez, "pondría en la picota a los países que no consideran matrimonio las uniones homosexuales". "Si se aprobara", atacó Migliore, "esos países serían presionados".
El Vaticano está a favor, declaró Migliore a la agencia de noticias religiosas Imedia, de "todo aquello que defiende a las personas porque forma parte de nuestro patrimonio espiritual y humano", y el "Catecismo de la Iglesia es partidario además, desde hace tiempo, de evitar toda marca de injusta discriminación contra las personas homosexuales".
Pero el proyecto que prepara Francia es una cosa distinta, ya que la declaración "pedirá a los Estados y a los organismos internacionales de control de los derechos humanos que añadan nuevas categorías [de personas] protegidas, sin tener en cuenta que, al adoptarlas, crearán nuevas discriminaciones".
En los meses pasados, como presidente de turno de la UE, Francia había anunciado que presentará a la ONU una iniciativa por la "despenalización universal de la homosexualidad", y según ha avanzado la secretaria de Estado de Derechos Humanos, Rama Yade, lo hará el próximo 10 de diciembre, con ocasión del 60º aniversario de la Declaración de los Derechos del Hombre.
Las palabras del embajador vaticano ante la ONU parecen un evidente intento de presionar por adelantado contra la idea. Arcigay, asociación de gays y lesbianas italianas, dijo ayer, a través de su presidente, Aurelio Mancuso, que "gracias a la posición particular de que disfruta el medieval Estado Vaticano ante la ONU, el lobby clerical aprieta a los Estados para que no reconozcan los derechos civiles y de libertad de los homosexuales, aliándose así con los regímenes dictatoriales, de todos los colores, incluidos los islámicos".
Arcigay recuerda que la propuesta de despenalización, que ha sido suscrita también por Italia, quiere acabar "con la vergüenza de que en 91 países del mundo se establezcan multas, torturas e incluso ejecuciones (en ocho países islámicos) contra los homosexuales"
"Es de una gravedad extrema que el Vaticano, y, por tanto, la Iglesia católica entera, se mueva para que la propuesta no se apruebe, lo que sería un verdadero acto de condena a muerte contra los millones de gays y lesbianas que tienen la mala suerte de vivir en países sanguinarios", declaró Mancuso a la agencia Ansa.
El Vaticano está a favor, declaró Migliore a la agencia de noticias religiosas Imedia, de "todo aquello que defiende a las personas porque forma parte de nuestro patrimonio espiritual y humano", y el "Catecismo de la Iglesia es partidario además, desde hace tiempo, de evitar toda marca de injusta discriminación contra las personas homosexuales".
Pero el proyecto que prepara Francia es una cosa distinta, ya que la declaración "pedirá a los Estados y a los organismos internacionales de control de los derechos humanos que añadan nuevas categorías [de personas] protegidas, sin tener en cuenta que, al adoptarlas, crearán nuevas discriminaciones".
En los meses pasados, como presidente de turno de la UE, Francia había anunciado que presentará a la ONU una iniciativa por la "despenalización universal de la homosexualidad", y según ha avanzado la secretaria de Estado de Derechos Humanos, Rama Yade, lo hará el próximo 10 de diciembre, con ocasión del 60º aniversario de la Declaración de los Derechos del Hombre.
Las palabras del embajador vaticano ante la ONU parecen un evidente intento de presionar por adelantado contra la idea. Arcigay, asociación de gays y lesbianas italianas, dijo ayer, a través de su presidente, Aurelio Mancuso, que "gracias a la posición particular de que disfruta el medieval Estado Vaticano ante la ONU, el lobby clerical aprieta a los Estados para que no reconozcan los derechos civiles y de libertad de los homosexuales, aliándose así con los regímenes dictatoriales, de todos los colores, incluidos los islámicos".
Arcigay recuerda que la propuesta de despenalización, que ha sido suscrita también por Italia, quiere acabar "con la vergüenza de que en 91 países del mundo se establezcan multas, torturas e incluso ejecuciones (en ocho países islámicos) contra los homosexuales"
"Es de una gravedad extrema que el Vaticano, y, por tanto, la Iglesia católica entera, se mueva para que la propuesta no se apruebe, lo que sería un verdadero acto de condena a muerte contra los millones de gays y lesbianas que tienen la mala suerte de vivir en países sanguinarios", declaró Mancuso a la agencia Ansa.